“Si bien nuestro derecho a vivir plenamente es algo soslayado por el lugar donde nos ha tocado nacer, por la realidad que nos ha tocado vivir, siempre tenemos derecho a morir como personas dignas del respeto universal”. (La muerte a diario, José Pablo Baraybar).
Por Omar Amorós – Publicado en el semanario Siete el 26 de Enero del 2013
Mehmet YasarIscan, miembro de la Asociación Americana de Ciencias Forenses, define a la antropología forense, rama de la antropología física, como el peritaje forense sobre restos óseos humanos y su entorno. Incluye, además, el proceso de identificación (sexo, edad, filiación racial, talla, proporciones corporales y rasgos individuales) y la determinación de las causas y circunstancias de la muerte, equivalente a la reconstrucción de la biografía biológica del individuo, con el propósito de establecer cómo era el modo de vida de la víctima antes de su muerte, sus enfermedades y hábitos profesionales, entre otras características.
Por su parte, nuestro entrevistado, José Pablo Baraybar (Lima, 1964), antropólogo peruano, graduado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, especializado en la exhumación de restos humanos y en técnicas de criminalística y director del Equipo Peruano de Antropología Forense (EPAF), señala que el trabajo de un antropólogo forense se nutre de la arqueología biológica, que estudia los vestigios humanos encontrados dentro de los restos arqueológicos, con la finalidad de saber cómo vivían, cuáles eran las causas de su muerte, qué comían, qué enfermedades sufrían, entre otras cosas. Todos estos elementos son objeto de estudio del antropólogo forense, y los desarrolla dentro de un contexto legal o criminalístico.
Derechos póstumos
José Pablo Baraybar nos recibe en su casa con una amabilidad tan cálida, que dista del personaje tan formal y serio que hemos visto muchas veces por televisión hablar de los casos policiales o criminales más mediáticos de los últimos años. Vistiendo de la forma más cómoda que lo pueda aliviar un poco del calor sofocante que vivimos en estas épocas y contándonos uno que otro detalle personal en compañía de su agradable esposa –escuchando de fondo a sus hijos, en clases de guitarra– nos dispusimos a dialogar.
Conversar con este antropólogo peruano es conocer una visión distinta de la muerte, es agregarle un punto de vista duro, frío, pero real. Es conocer, sobre todo, que no solamente vivimos protegiendo a nuestros seres queridos en vida; sino que proteger a nuestros queridos muertos puede ser un ritual en cualquier parte del planeta. Ha viajado por varias partes del mundo como encargado de la Oficina de Personas Desaparecidas y Ciencias Forenses de las Naciones Unidas; ha visitado Argentina, Guatemala, Etiopía, Ruanda, Congo, Bosnia y Kosovo, entre muchos otros países, a lo largo de muchos años de destacada trayectoria.
En reconocimiento a su compromiso con los derechos humanos y su labor pionera en antropología forense como herramienta eficaz para la investigación en casos de violaciones a derechos humanos en nuestro país, Baraybar recibió el premio Judith Lee Stronach 2011, de la organización internacional de derechos humanos, Centro de Justicia y Responsabilidad (CJA), de San Francisco (EE. UU.).
“La gente, pese a vivir en las condiciones más terribles del mundo, revindica todavía la necesidad de poder al menos morirse como personas. Por eso, las familias de todos los muertos que yacen en fosas comunes o la de los desaparecidos, lo que buscan ―más que justicia― es enterrar a sus muertos de una forma digna. Porque tienen derecho a morir como seres humanos”, enfatiza el especialista.
La muerte se basa en hechos
La muerte es lo único realmente cierto, factual, real por su irreversibilidad y su naturaleza; mientras que la vida es siempre más abstracta. La muerte es lo más medible, porque se da en un momento específico, a partir del cual se desarrollan otros procesos; pero, por su propia naturaleza, es un momento finito que, incluso, se puede tocar, nos explica Baraybar. El especialista no cree en la vida después de la muerte, “es una experiencia muy personal, y que hay gente que cree en eso es evidente, todos creemos en algo”, nos comenta con convicción.
A diferencia de los temas antropológicos o arqueológicos, que tratan de establecer inferencias lógicas de procesos determinados, muchas veces sobre la base de supuestos, lo forense tiene inferencias lógicas factuales, basadas en hechos, porque la vida de alguien puede estar en peligro, y lo que básicamente existe es un tema real a investigar.
Las hipótesis de los trabajos a investigar deben basarse en la realidad y en la evidencia que se recolecta, para establecer todos los escenarios posibles y elegir el más probable. Hay que tener en cuenta que todo es posible, pero no todo es probable.
Equipo Peruano de Antropología Forense (EPAF)
Fundada por antropólogos peruanos que forman parte del equipo forense multinacional del Tribunal Penal Internacional para la ex-Yugoslavia y bajo la dirección de José Pablo Baraybar, el EPAF aplica estándares internacionales de investigación forense, desarrollados en dicho tribunal, para liderar la búsqueda de las 15.000 víctimas de desaparición forzada como resultado del conflicto armado interno que tomó lugar en el Perú entre los años 1980-2000. Su campo de trabajo, conjuntamente con su activismo en defensa de los familiares de las víctimas, ha expuesto los abusos cometidos durante el conflicto y ha ayudado a romper con la cultura de silencio que en algún momento garantizó la impunidad para los perpetradores de dichas atrocidades.
La publicación del equipo Ciencias Forenses y Derechos Humanos: “Una Propuesta para Investigaciones Forenses Efectivas en Violaciones de Derechos Humanos” presenta un enfoque metodológico para el uso de las ciencias forenses en la investigación y documentación de violaciones de DD. HH. en el país, y fue adoptada como documento de referencia para la creación de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR).
Restos y rastros de la CVR
Este año se cumplen 10 años de haberse publicado este documento vital en la historia reciente de nuestra patria, y para el antropólogo ―quien colaboró en las investigaciones para la implementación de la CVR―, hubo diferencias irreconciliables entre las diversas posturas que se desarrollaron en las sustentaciones de los casos presentados, las cuales hasta ahora siguen existiendo.
Señala que habría que ser un balance muy objetivo, para saber si pasó algo, si la publicación del documento originó algún cambio en la forma en que los peruanos afrontamos la realidad de las muertes de las víctimas a causa de las violaciones de derechos humanos a manos de todos los lados involucrados. Baraybar cree que no originó mucho efecto, pero sí sirvió de alguna manera.
La CVR se presentó en un momento histórico muy importante. Es un informe totalmente criticable, pero muy valioso, que estará siempre sujeto a críticas, y que pudo elaborarse de mejor manera. Baraybar nos dice que dicho informe presenta elementos que han generado profundas discusiones ―metodológicas, sobre todo― y cuyas implicancias, a su vez, también han generado debate. Incluso en estos días se presentó un nuevo informe que recalculaba las cifras que presentó la CVR, la cual ―nos comenta― no hay que tomarla como la Biblia, y que a algunos que participaron en ella no les gusta que se la critique.
La posición de la Policía
Según el antropólogo forense, la Policía tiene precisiones importantes, de mucha trayectoria, destacando su departamento de criminalística. La Policía solo debe dedicarse al tema criminalístico, es decir, si hay una escena de un crimen con un cadáver, este le pertenece al Instituto de Medicina Legal, mientras que todos los demás elementos asociados al escenario, como la mancha de sangre o los casquillos de bala (las pruebas criminalísticas) las deben analizar la Policía. Pero lo que ocurre es que se da una duplicidad de labores entre esta y el Instituto de Medicina Legal, porque la Policía también tiene un departamento de patología forense y, por lo tanto, es un poco complicado establecer las funciones de una u otra institución.
La Policía Nacional del Perú es una institución que necesita ser reformada de raíz por muchos motivos, y a lo que se debería llegar es a trabajar en una sistematización de procesos con otras organismos como el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec), que se caracteriza por tener una de las bases de identidades más grande el mundo, porque incorpora a la mayoría de personas de 18 años a más, a diferencia de los Estados Unidos, que solo registra las huellas dactilares de las personas que han cometido algún delito, señala Baraybar.
Por otra parte, nos indica que el Instituto de Medicina Legal depende del Ministerio Público, y el problema se origina en que toda la carga de investigación recae en el organismo que vela por la legalidad y los derechos humanos; porque si nosotros comparamos el número de casos en los cuales una persona que ha perdido un familiar y cuyo cuerpo ha terminado en la Morgue Central de Lima (Instituto de Medicina Legal) y ha recibido un trato y una investigación imparcial, solo estamos hablando de uno por ciento, aproximadamente, a nivel nacional. Es mínimo el número de personas que puede contratar a un perito particular.
La muerte le sienta bien
Baraybar se animó a escribir, mejor dicho, a recopilar algunas de las muchas anécdotas que ha vivido a lo largo de toda su experiencia profesional. Su recuento quedó plasmado en el libro La muerte a diario, en el cual relata los pormenores de convivir con la muerte prácticamente todos los días de su vida.
Según sus propias palabras, “es un libro inclasificable”, que no estaba planeado, conformado por textos antiguos y más recientes, que resultaron de una especie de sesión catártica, escritos con un lenguaje especial –que por el tema podría resultar serio–, pero no es así. Es una forma de escritura simple pero directa, como su forma de vida. “Cuando te enfrentas a una situación particular en tu vida diaria, como lo hago yo o cualquier persona, no se usa un lenguaje serio, no se razona en serio, se razona, pero cada uno de la forma como vive su vida y como pueda hacerlo…”, señala.
“Trata sobre la desidia y el desinterés que se ve alrededor, de cómo el mundo enfrenta y se relaciona con la muerte. Es un tema de rabia, que da risa de tanta rabia, porque el simple hecho de no hacer nada, es indignante. Con esto no estoy minimizando, ni popularizando el tema; es un tema de impotencia, de horror”, afirma tajantemente Baraybar sobre su libro.
Peritaje de casos emblemáticos
Operativo Chavín de Huántar:
En el caso ya existe una sentencia clara, él nos cuenta que jamás calificó el caso como una matanza extrajudicial, siempre ha dicho que hay una persona que tiene un solo balazo y varios que tienen muchos balazos, así que cada persona puede sacar sus conclusiones.
Asesinato de Myriam Fefer:
En este caso Eva Bracamonte que ha sido enviada a prisión 30 años por elementos que no se basan en hechos concretos o materiales. No se puede decir que la persona involucrada entró por un lugar e hizo algo si yo no tengo pruebas. No hay una base material para poder establecer una teoría real de este caso.
Caso Walter Oyarce:
Baraybar nos dice que no ha defendido una posición particular –porque se lo haya pedido el padre de la víctima-, él aceptó el caso no con el propósito de darle la razón, por el contrario llegó a la conclusión de que el cuerpo no cayó directamente al suelo, porque le parece lo más probable. Que él no hace peritaje a la medida de nadie.
Caso Ciro Castillo:
El tema es un tema inmaterial y lo que se debe tomar aquí en cuenta es la verdad procesal y no la verdad verdadera, es decir comprobar si se cayó o lo empujaron, demostrándolo factualmente o mediante un testimonio, pero todo dentro de lo probable y racional. Técnicamente el tema es otro, por la forma de rapado (deslizamiento) que resultó de la caída de Ciro, que es algo muy difícil –pero no imposible- de determinar.
Asesinato de Myriam Fefer: En este caso Eva Bracamonte que ha sido enviada a prisión 30 años por elementos que no se basan en hechos concretos o materiales. No se puede decir que la persona involucrada entró por un lugar e hizo algo si yo no tengo pruebas. No hay una base material para poder establecer una teoría real de este caso.
Caso Ciro Castillo:El tema es un tema inmaterial y lo que se debe tomar aquí en cuenta es la verdad procesal y no la verdad verdadera…
Parece que este Baraybar buscara la impunidad de los crímenes, muy a pesar de que supuestamente debe buscar lo contrario. No le interesa la verdad verdadera -según sus propias palabras-, sin una «verdad a la medida de sus amistades». Ya ha demostrado sobremanera su cercanía y hasta se podría decir, compadrazgo con Rosario y entorno, Se ha burlado de la justicia olímpicamnete, yendo a declarar en la tercera citación y bajo las condiciones que puso. ¿De cuándo acá se tienen tantas prerrogativas con alguien?
Todo esto, sin hablar de las joyitas que tiene por los casos Kosovo, ni que decir de cómo habrá obtenido (si es que lo ha obtenido) su título de antropólogo forense.
No se preocupe señor Baraybar, la verdad en el caso Ciro saldrá a la luz y los culpables y cómplices pagarán.
Baraybar: «… comprobar si se cayó o lo empujaron … técnicamente el tema es otro, por la forma de rapado (deslizamiento) que resultó de la caída de Ciro, que es algo muy difícil –pero no imposible– de determinar…»
López Milla, aplicando la Microscopía Electrónica de Barrido, hace lo «difícil -pero no imposible»:
…muestra además que existe un hoyo grande rodeado de abundante tierra dejando entrever que CCRGC trató de apoyarse y aferrarse al suelo sobre la punta de su pie izquierdo, la erosión brusca de las medias, evidenciada por los múltiples desgarres del tejido, hace suponer que CCRGC perdió o quitó sus zapatos al inicio o previo a su desplazamiento fatal
…
las evidencias de un desgaste por haber caminado sobre sus medias es descartada toda vez que éstas presentan otro tipo de desgaste de la fibra de tejido, otra forma de perforación de la planta y la suciedad presenta otro patrón siendo más arriba que la zona de las plantas, en el presente caso la suciedad está impregnada en forma pastosa en la zona de las plantas
…
el patrón recurrente de las roturas, de abajo hacia arriba, de sus prendas de vestir y del jaloneo hacia arriba de sus casacas, inducen la hipótesis de gran probabilidad de que el desplazamiento del cuerpo de CCRGC fue mayoritariamente en forma vertical (cabeza arriba) y con giros en el eje vertical corporal.
…
el hecho de haberse desplazado casi en su totalidad con el cuerpo en forma vertical y la cabeza arriba, disminuye la probabilidad de que alguien lo haya empujado, ya que si hubiera sido empujado estando parado de frente o de espaldas al abismo, existiría gran probabilidad de que el cuerpo se hubiera desplazado cabeza abajo, si hubiera sido empujado estando sentado o echado en el suelo, habría requerido una fuerza considerable y la probable caída de ambos
…
el cuerpo de CCRGC que se desplazó cerca de 50 metros a partir del punto C, lo hizo con el cuerpo en forma vertical, con la cabeza arriba, con múltiples choques, rodamientos, rapones, arrancamiento de sus prendas de vestir, cambiando erráticamente su posición, velocidad y aceleración, durante las probables múltiples y sucesivas colisiones es probable que haya experimentado los diversos traumatismos encontrados en las pericias…
Y pensar que el año pasado se prendian desesperadamente de esa teoria de Criminalistica que suponia que «Ciro resbalò, cayò, dio tumbos, se golpeò la mitra y finalmente se muriò…» (ja, ja, ja?). Còmo has cambiado, pelona. Ahora lo que dijo el perito (o perrito?) de la PNP ya no sirve? Please, supaypahuahua. Por cierto, si dicen que Ciro estaba ·»dèbil» no creo que haya necesitado una «fuerza considerable» para ser empujado… Fàcil lo tumbaba hasta una lagartija. Con sus 80 Kg. que con el tiempo se convirtieron solo en 32.5 Kg. O sea que nunca intentò bajar 1,000 metros para encontrar un loco que lo ayudara a retornar hacia arriba y que a medio camino resultò que como no habia opciòn de seguir, decidiò volver sobre sus pasos y alli le ocurriò lo que le ocurriò. Dònde està esa teoria tan defendida y recurrida por la entonces parte imputada? Ya no vale?
NOTA: No por miedo sino por respeto a la ley del pais, todas esas dudas anteriores no tienen la intenciòn de sindicar de nada a R. Ponce, toda vez que en estos momentos luego de lo que ha resuelto la Fiscal, se reconoce que no hay pruebas contra ella en cuanto a presunto homicidio.
Alguien no lee bien:
» …
el desplazamiento del cuerpo de CCRGC fue mayoritariamente en forma vertical
…
desplazado casi en su totalidad con el cuerpo en forma vertical
…
lo hizo con el cuerpo en forma vertical, con la cabeza arriba, con múltiples choques, rodamientos, rapones, arrancamiento de sus prendas de vestir, cambiando erráticamente su posición, velocidad y aceleración, durante las probables múltiples y sucesivas colisiones
…»
no coincide con lo que dijeron el año pasado (derrapar es en vertical?).
Por cierto, no era necesario tener gran fuerza para empujar a alguien en esa zona.
Y de hecho, parecen «obviar» que el Sr. Lopez Milla (segun lo publicado en medios) dijo que «Ciro probablemente se quitò las zapatillas y al intentar alcanzar una prenda, se sacò la michi»). Garcia Màrquez: Devuelve tu premio Nobel. Tu imaginaciòn es «chacay de a medio» con la de este especialista.
A alguien le encanta mentir, o repetir mentiras:
El profesional que hizo el informe, luego de evaluar CIENTÍFICAMENTE las evidencias, dice:
» … dejando entrever que CCRGC trató de apoyarse y aferrarse al suelo sobre la punta de su pie izquierdo, la erosión brusca de las medias, evidenciada por los múltiples desgarres del tejido, hace suponer que CCRGC perdió o quitó sus zapatos al inicio o previo a su desplazamiento fatal, observación que disminuye la posibilidad que haya perdido los zapatos durante el desplazamiento por enganche, menos aun que los haya perdido en los últimos metros de su caída…»
Si uno lee bien el informe no le quedan dudas, el profesional evalúa todas las posibilidades: (1)previo, (2)al inicio, (3)durante, o (4)al final.
El Dr. Ciro llega al extremo en su mentira: «… el informe es loco … porque dice que Ciro se quitó los zapatos para caminar…», en ninguna parte del informe dice eso, cuando evalúa la posibilidad de que se los quitó antes de su caída, sugiere que lo hizo para descansar o relajar sus pies, y no para caminar, y eso basado en que el guante derecho se encontró con el forro interno afuera, y como colocado, no caído o arrastrado por el viento, compatible eso con que se lo pudo haber sacado con los dientes, con el objeto de aflojar los pasadores de sus zapatillas, cosa que es difícil de hacer con los guantes puestos.
El derrapamiento, desplazamiento lateral no controlado, es sugerido en el informe del antropólogo Parra, solo para los ultimos metros de su caida.
» …asume protagonismo un fenómeno de derrapamiento abrupto de alrededor de sólo cuatro metros de altura…«