Las tres Rosarios y Ciro Castillo Rojo

Un caso convertido en novela y que hoy puede llegar a su fin. La madre, la novia y la fiscal comparten un mismo nombre

Por Ibón Machaca – Publicado en Correo el 27 de Setiembre del 2013

A dos años de la extraña muerte del joven Ciro Castillo-Rojo García-Caballero, el interés de la opinión pública no decae, y tampoco el de los medios de comunicación.

El joven estudiante de Ingeniería Forestal se había perdido junto a su enamorada, Rosario Ponce, en el Valle del Colca. Era abril del 2011.

El 13 de ese mismo mes, a los nueve días de reportado el extravío de la pareja, la policía halló solo a la enamorada. En los siguientes seis meses, el padre del muchacho, Ciro Castillo Rojo, protagonizó una tenaz búsqueda que concluyó el 20 de octubre, con el hallazgo del cuerpo de su hijo en las faldas del nevado de Bomboya. Sin embargo, el drama no terminó ahí. La familia de Ciro puso en duda las declaraciones de Rosario, la expareja, y entabló una denuncia en su contra, al considerarla responsable de la muerte del universitario.

Hasta ese entonces, Rosario Ponce era la única protagonista de esta trágica historia. Hoy, dos años y algo más después, son 3 las mujeres que han influido como nadie en el desenlace del escabroso caso. Las tres se llaman Rosario.

La madre

La primera mujer es sin duda alguna su madre, Rosario García Caballero, quien a lo largo de este proceso no ha descansado y se ha mantenido firme en el intento por saber qué sucedió con su hijo, el primogénito.

«Éramos muy unidos», musitó tras el teléfono, la doliente progenitora, quien además nos dijo que era ella a quien siempre llamaba Ciro para cualquier asunto que lo afectara.

De él recibía los más lindos piropos; le encantaba siempre congraciarse con ella. Su ausencia caló hondo en su corazón de madre, pues «no existe día en el que no piense en él.

En la última comunicación que sostuvo con su hijo, este le hizo una promesa que no fue cumplida. Le dijo que volvería.

Un sinfín de razones pasan por su mente en busca de la respuesta a la muerte de su vástago. Su primer pensamiento siempre involucra a la expareja de su hijo, Rosario Ponce, de quien solo quiere la verdad.

La pareja

Rosario Ponce, la exenamorada con la que Ciro emprendió el trágico e interminable viaje sin retorno, fue objeto de una serie de investigaciones y cuestionamientos.

Tras su rescate, la opinión pública la convirtió en un personaje negativo al considerarla responsable de la muerte del estudiante, posición que se vio alimentada por la actitud aparentemente despreocupada de la muchacha ante el hecho.

«Rosario era una persona movida, que tenía varios enamorados y no le importaba su menor hijo», tales declaraciones fueron consignadas en el expediente fiscal, a propósito del testimonio de uno de los amigos cercanos a la pareja.

Sin embargo, ella dejó atrás lo vivido y optó por seguir adelante. Antes se había visto obligada a dejar sus estudios ante el asedio de la prensa, pero hace poco más de un mes se graduó como ingeniera forestal en la Universidad La Molina.

Cumplirá 27 años este 6 de octubre y está resuelta a salir adelante pese a los obstáculos.

La Fiscal

María del Rosario Lozada Sotomayor, abogada y fiscal arequipeña egresada de las aulas de la Universidad Católica de Santa María, tomó el caso el año pasado, cuando le fue transferido de otra fiscalía.

La designación partió del propio fiscal de la Nación, José Peláez Bardales, quien consideró que, por tratarse de un caso sonado, se requería de amplio conocimiento y experiencia en la labor de investigación.

Previamente a ella, dos fiscales estuvieron al frente. El primero fue el fiscal de Chivay, Zacarías Macedo Rodríguez, pero lamentablemente dejó de existir al poco tiempo.

El caso fue trasladado al despacho del fiscal Jan Frank Zegarra Rocha, quien inició las indagaciones, pero tuvo que dar un paso al costado una vez conocida la decisión de Peláez Bardales.

La fiscal Lozada, al ser consultada, reconoció -de manera escueta- que el proceso fue muy mediático, pero que pese a ello llevó las investigaciones con serenidad y siempre en búsqueda de la verdad. Su decisión de archivar el proceso, según lo manifestó en juicio ante el magistrado Giancarlo Torreblanca, obedeció a la falta de pruebas suficientes que corroboren la hipótesis inicial y que consideraba a Rosario Natalie Ponce López como la persona que empujó a Ciro Castillo-Rojo García-Caballero hacia el vacío donde halló la muerte.

Juicio

El caso fue investigado durante dos años y medio aproximadamente. Finalmente, hoy habrá un desenlace cuando, a las 8:30 horas, en la Segunda Sala Penal de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de Arequipa, los magistrados Fernán Fernández, Héctor Huanca y Sandra Lazo evaluarán la solicitud presentada por la defensa de Ciro Castillo para que el proceso no sea archivado y se mantenga la investigación vigente «hasta sancionar a los culpables», como sostiene la familia.

14 comentarios en “Las tres Rosarios y Ciro Castillo Rojo

  1. Demasiadas inexactitudes para una reportera que tiene tantos meses cubriendo el caso.

    No fue la policía la que halló a Rosario, sino una patrulla mixta, que también incluía a bomberos, rescatistas particulares y pobladores.

    El cuerpo no fue hallado el 20 sino el 16 de octubre del 2011.

    La duda y la denuncia en contra de Rosario, por parte de la familia Castillo Rojo, no fue luego del hallazgo, sino que empezó en junio 2011 y se materializó con la denuncia el 7 de julio del 2011.

    Carga toda la responsabilidad del linchamiento mediático de Rosario a la opinión pública. ¿Y la prensa? ¿Los titulares, las notas desinformativas?

    La ceremonia de graduación de Rosario fue hace más de cuatro meses.

    La Fiscal Lozada no tomó el caso el año pasado, sino los primeros días de Setiembre del 2011, es decir hace más de dos años.

    Las indagaciones no las inició el fiscal Zegarra sino el fiscal Angulo.

    • Fue la PNP quien recibiò el aviso de que la entonces extraviada R. Ponce «habia sido avistada». Y el My. Grandez (que supongo ya no serà My. sino Cmdte). despachò a algunos efectivos a un lugar que ya habia sido «peinado» previamente. El resto es historia.

      Las dudas contra R. Ponce fueron de la opiniòn pùblica desde casi un inicio y desde la familia del muerto tiempo despuès. La prensa, se hizo eco y recibiò (inconscientemente supongo) el «apoyo» de la Sra. Ponce y familia para «agrandar» las sospechas contra ella. De màs està recordar los detalles, aunque eso no hace culpable a nadie. El resto, es lo que tenia que ocurrir.

      En cuanto a la Fiscal Lozada, obviamente no obtuvo pruebas fehacientes para ratificarse en su conclusiòn del año pasado (o sea presunta culpabilidad de R. Ponce) pero son innegables 2 cosas: 1) Se «apegò» demasiado al Derecho y fue extremadamente condescendiente sobre todo con algunos citados como testigos, algunos de los cuales «se hicieron» olimpicamente en sus llamados iniciales. Y 2) Recientemente relevada de su cargo, le habrà sabido como «chicharròn de sebo» que el Juez Torreblanca haya desechado una a una sus conclusiones (que no necesariamente incriminaban a nadie) y se haya hecho eco dicho magistrado de todos y cada uno de los argumentos de la parte imputada. En cierto modo, la apelaciòn, de ser admitida, seria como un «desagravio» a la Dra. quien indudablemente hizo lo que pudo. Porque la extraña resoluciòn del juez no solo la deja por las patas de los caballos sino que ademàs, tiene vacios (reconocidos por el dueño de este blog) que tampoco necesariamente incriminan a nadie (salvo, en cierto modo al perito Parra cuando hablan de que èste actuò «misteriosamente») sino que por el bien de la justicia esos vacios deben ser «llenados con la verdad».

      • El aviso que recibió Grandez, no fue de un avistamiento, sino de unos gritos de auxilio. Grandez no despachó a algunos efectivos, sino a una patrulla mixta compuesta de policías, bomberos, rescatistas y pobladores; en ese momento tambien habían otras cuadrillas mixtas buscando en otras partes del Colca.

        Lo que algunos, haciendo eco a rumores, sugieren es que Grandez debía haber ignorado la solicitud de auxilio con la excusa «ya peinamos por allí»; como si los extraviados tuvieran la obligación de quedarse quietos y no intentar moverse en busca de auxilio.

        • De todos modos (aunque eso no tiene importancia extrema) fueron PNP quienes «una vez despachados» los «primeros» en ver a la entonces extraviada R. Ponce. Y que se sepa, un My. PNP tiene autoridad solo sobre sus subalternos de la misma instituciòn. En todo caso, se «trae a colaciòn» eso de que «ya habian peinado por la zona» al recordad que segùn el Sr. Andrès Bezantes el lugar en que finalmente hallaron el cadàver de Ciro tambien ya habia «sido peinado» y es obvio que un extraviado no tiene la obligaciòn de quedarse quieto pero un muerto si, por evidentes razones. Aunque jamàs se aclararà ese asunto. Y no son rumores: Se escuchò claramente al Sr. Bezantes decir eso (o sea que ya habian explorado la zona donde estaba el difunto).

        • Grandez en su función, jefe de la USAM Chivay, estaba a cargo de todas las patrullas por tierra (por aire el encargado era Hurtado); de manera que los bomberos, rescatistas particulares y pobladores, todos se ponían a disposición de Grandez; así sean o no policías.

          Como dije antes, no existe el tal Andrés Bezantes.

  2. Ah, en «defensa» de la reportera que escribe esta nota puede decirse que, en su notoria equivocaciòn de fechas (tan notoria como las del Juez Torreblanca) puede que cuando escribiò esto y mencionò la graduaciòn de R. Ponce haya sido un dia diferente al de hoy.

  3. Una pregunta Victorio: De verdad no existe «Bezantes»? Entonces a quien lo mencionaban con ese nombre? De hecho, ya no lo encuentro en ninguna noticia sobre este caso. Se «evaporò» de la web dicho personaje…

  4. Trome conversó en exclusiva con Andrés Bazantes, el líder del equipo Rescate 384, que en abril viajó al Colca en busca de Ciro Castillo-Rojo.

    Según el rescatista, quien fue contactado por María Gracia, la hermana de Ciro, el rango de búsqueda de su equipo de seis personas en el Colca fue de 84 kilómetros cuadrados, incluida la “zona de las mochilas” y el lugar donde el 6 de octubre se halló el cuerpo del estudiante.

    ¿QUÉ PASÓ?

    “Nosotros peinamos la zona, pasamos dos veces por el mismo lugar y no encontramos nada. Reconocemos el lugar donde fue hallado Ciro y a él no lo encontramos, pero después de varios meses apareció ahí y eso nos sorprendió”, dijo Bazantes.

    Para este montañista, Ciro no habría muerto en ese lugar, sino que su cuerpo habría sido colocado varios meses después de su muerte. Enterado de esta afirmación, el médico Ciro Castillo Rojo, padre de Ciro, dijo que coincide con Bazantes.

  5. Andrés Bazantes, el líder del equipo Rescate 384, que en abril viajó al Colca en busca de Ciro Castillo-Rojo.

    Según el rescatista, quien fue contactado por María Gracia, la hermana de Ciro, el rango de búsqueda de su equipo de seis personas en el Colca fue de 84 kilómetros cuadrados, incluida la “zona de las mochilas” y el lugar donde el 6 de octubre se halló el cuerpo del estudiante.

    ¿QUÉ PASÓ?

    “Nosotros peinamos la zona, pasamos dos veces por el mismo lugar y no encontramos nada. Reconocemos el lugar donde fue hallado Ciro y a él no lo encontramos, pero después de varios meses apareció ahí y eso nos sorprendió”, dijo Bazantes.

    Para este montañista, Ciro no habría muerto en ese lugar, sino que su cuerpo habría sido colocado varios meses después de su muerte. Enterado de esta afirmación, el médico Ciro Castillo Rojo, padre de Ciro, dijo que coincide con Bazantes.

  6. Andrés Bazantes, líder del grupo de rescatistas ARDA, que en abril del 2011 viajó al Colca en busca de Ciro Castillo-Rojo. Según el rescatista, el rango de búsqueda de su equipo de seis personas en el Colca incluyó la “zona de las mochilas” y el lugar donde se halló el cuerpo del estudiante.

    “Nosotros peinamos la zona, pasamos dos veces por el mismo lugar y no encontramos nada. Reconocemos el lugar donde fue hallado Ciro y a él no lo encontramos, pero después de varios meses apareció ahí y eso nos sorprendió”, dijo Bazantes.

    Para este montañista, Ciro no habría muerto en ese lugar, sino que su cuerpo habría sido colocado varios meses después de su muerte.

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